¿Qué es la deflación?

Repasamos más términos de economía básica y si en anteriores ocasiones hablamos de la estanflación o la biflación, en esta ocasión vamos a abordar la deflación, en qué consiste, sus consecuencias para la economía y como combatirla.

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La deflación es un fenómemo habitual que, de forma muy resumida, indica una caída en la inflación. Es decir, una bajada generalizada de los precios. Desde un punto de vista teórico, y siguiendo las indicaciones del FMI, no se puede hablar de deflación hasta que no se registra una caída de precios de dos semestres consecutivos en el nivel de bienes y servicios.

En este sentido, la deflación sería el fenómeno contrario a la inflación. Sin embargo, conviene no confundir deflación con desinflación, ya que la segunda hace referencia a una desaceleración en la inflación o IPC y la primera a una caída de la misma a tasas negativas.

¿Cuál es el origen de la inflación?

La deflación puede surgir por diferentes motivos, pero siempre está relacionado con un desfase entre la oferta y la demanda de bienes y servicios. En este sentido, el problema puede surgir por una insuficiente demanda o por un exceso de oferta. El primero de los casos es el que comenzamos a ver actualmente y que ya se vio en la Gran Depresión. La caída de ingresos de las familias hizo que redujesen sus gastos. La segunda de las situaciones la vimos en 2010 cuando se vivió un exceso de oferta, no tanto por la caída de la damanda, sino por un aumento de la producción.

En cualquiera de los escenarios, lo que ocurre es que las empresas se ven obligadas a reducir los precios para poder seguir vendiendo y no acumular stock o bien a reducir la producción, una medida que por otra parte suele llegar cuando la demanda ya es muy baja.

¿Qué efecto produce en la economía de un país?

El efecto de la deflación en la economía es una caída en el valor de los bienes, con lo que las empresas tienen que productir y vender más para conseguir los mismos márgenes de beneficios. En un entorno deflacionista la lógica nos dice que siempre será mejor esperar a consumir, ya que en poco tiempo el mismo producto valdrá menos dinero (esto se ve en el mercado inmobiliario, por ejemplo. Y es que para qué comprar una casa en enero por 100 si en febrero podré adquirirla por90 y en marzo por 80….).

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La caída de precios también hace que muchas empresas deban ajustar su producción para no entrar en pérdidas, lo que se traduce en despidos y un aumento de la tasa de paro, lo que a su vez vuelve a presionar a la baja a los precios. Finalmente esto alienta a las empresas a trasladar su fuerza laboral lejos de las áreas de producción. Dicho de otra forma, no compensa producir.

Cuando la economía entra en el círculo vicioso de la deflación se suele producir un aumento del desempleo y un aumento de las deudas, ya que al caer el precio de los activos, la proporción entre la deuda y el valor real del bien es mayor.

Cómo salir de la deflación

Para salir de la deflación hay que crear inflación, es decir, hay que conseguir que aumente la demanda. Sin embargo, romper el círculo deflacionista no es fácil. Para ello se puede incentivar el consumo con una política de tipos de interés a la baja, de forma que se potencie el consumo. Salir de cualquiera de estos fenómenos es complicado ya que son procesos que se retroalimentar. En un entorno de deflación, los agentes tienden a comprar menos ,  pues baja su poder adquisitivo. Y así de forma continua. En la inflación ocurre lo mismo. La gente tiene cada vez más poder adquisitivo, compran más y los precios aumentan más y más.

En general, se trata de implementar políticas expansivas, tanto desde el punto de vista monetario como fiscal, lo que también puede incluir compras de deuda pública a largo plazo.

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¿Qué es mejor? ¿Inflación o deflación?

Lo cierto es que ninguna de las dos es buena, sin embargo, un país con una inflación estable se vería beneficiado. Una inflación cercana al 2% puede reflejar cierta estabilidad y seguridad para todos los agentes que interviene. A pesar de que la inflación reduzca el poder adquisitivo de la población. En el caso de la deflación, si se da de forma continuada y no para, puede ocasionar una recesión, lo que lleva a tasas de paro muy elevadas. No obstante, lo adecuado es conseguir una estabilidad en los precios.

A lo largo de la historia, se han dado numerosos episodios de este tipo. Los más conocidos son los que se dieron en Alemania y Zimbaue. En los años 20 el caso de Alemania y en los 70 y 80 Brasil, Chile o Perú también vivieron esta situación. En los 90 le tocó el turno a Serbia y a Zimbaue a principios del siglo XXI y actualmente. En este país el precio de los productos de primera necesidad se duplicaban de un día para otro. Se llegó a imprimir un billete de 50.000 millones.

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