La relación entre inflación y empleo

Cuando encontramos varios términos económicos, lo más probable es que estén relacionados entre sí. Como en todos los sectores, ya sea de forma directa o indirecta, sus componentes suelen estar relacionados o compartir determinadas cosas en común. En temas de economía es muy común, ya que el efecto dominó y las influencias de uno sobre otro son constantes.

Un ejemplo es la inflación y el empleo. La inflación como sabemos es la subida generalizada de los precios, siendo una inflación adecuada la que está en torno al 2%, según el BCE. Actualmente, en España se encuentra en torno al 0%.

inflacion

El empleo, es la tasa de personas empleadas que hay en España sobre el total de población en edad de trabajar. Dos términos aparentemente diferentes, pero que en realidad tienen más en común de lo que creemos. Lo primero que cabe señalar es el ciclo económico.

El ciclo económico consiste en la variación de la tasa de actividad (activos/pobl. edad de trabajar), medido desde un pico a pico, o desde un valle a valle. En este ciclo económico encontramos como el empleo es un factor procíclico, ya que cuando el ciclo económico está en recesión este disminuye, y viceversa.

La relación que tiene esto con la inflación es, que en un momento en el que se diese esta última, el empleo crecería, pero a costa de unos salarios y ahorros menores, que empobrecerían a la población, y esto llegaría a mayor paro.

Es en parte por este motivo, por el que se mantiene una inflación controlada, en la que los precios suban, pero los salarios también puedan hacerlo en la misma medida, y no perder así poder adquisitivo. Aún así, hay muchas teorías, que explican esta relación de un modo más complejo. Estas son algunas de las más comunes.

¿Existe algún tipo de correlación entre inflación y empleo? Sí. La más conocida es la llamada curva de Phillips, que sirve para representar la relación inversa entre inflación y desempleo. En teoría, nos indica que a mayor inflación, menor desempleo. Es decir, el mercado laboral se resiente cuando se trata de controlar el IPC.

La teoría se basa en el estudio que Phillips, Solow y Samuelson realizaron en la década de 1960, donde el control de la inflación se tradujo en una contracción económica. La curva de Phillips sirvió (y sigue sirviendo) de excusa para que muchos paíeses mantuviesen unas tasas de inflación elevadas a costa de tener una tasa de paro relativamente baja.

 

Sin embargo, la estanflación que apenas un década después vivió la economía estadounidense dejó claro que esta relación podía cambiar. Y es que durante ese periodo se vio una inflación elevada con nulo crecimiento económico y debilidad en el mercado laboral.

La estanflación dio lugar a otras explicaciones sobre la relación entre inflación y empleo, empezando por la de expectativas racionales, que básicamente explica que si los agentes económicos son capaces de prever el efecto de las medidas en política y política económica, ajustarán su comportamiento a las mismas y el crecimiento de la inflación será inmediato.

A esta se une el llamado NAIRU o non-accelerating inflation rate of unemployment (tasa de desempleo no aceleradora de la inflación traducido al castellano), que distingue entre una Curva de Phillips a corto y largo plazo e indica la tasa de desempleo natural a largo plazo. De esta forma, se destruiría la relación entre inflación y desempleo a largo plazo.

La relación entre inflación y desempleo se produce de forma natural en un entorno económico sin intervención estatal cuando el Gobierno trata de alterar la situación de mercado con políticas expansivas la relación desaparece.

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