Uno de los datos a los que más importancia se la ha dado a nivel tanto nacional como europeo, es el del IPC. Además de la importancia de la cesta de la compra, y del consumo de los ciudadanos, ayuda a la comparación de precios entre países y es muy útil en los rankings y en los estudios de poder adquisitivo, renta disponible o capacidad de ahorro entre otros.
Durante y después de los años de crisis, y aunque ha sido más acusado en unos países que en otros, los precios en general han ido bajando. Un claro ejemplo que tenemos muy reciente es la bajada del precio del crudo en casi un 40%. Este es uno de los bienes que más influyen en la variación del IPC, por eso se elabora uno sin contar este bien en concreto, que se caracteriza por su volatilidad. Los tipos de interés están en mínimos históricos, como medida de crecimiento de la Unión Europea, y esto por supuesto repercute en el IPC.
Con los últimos datos que tenemos del IPC, podemos prever unas variaciones sin acusadas oscilaciones, y más o menos estables, dentro de las posibles variaciones por la época en la que estemos. Parece que para el año 2015, los precios tenderán a subir, y los datos IPC mensuales serán parecidos a los de este año. Para años posteriores la predicción es algo más incierta, ya que puede haber cambios importantes como los que hemos podido comprobar con el crudo, que han variado algunas de las previsiones para este año.
Variaciones mensuales del IPC 2014:
- IPC Enero 2014 -1,3,%
- IPC Febrero 2014 0,0%
- IPC Marzo 2014 0,2%
- IPC Abril 2014 0,9%
- IPC Mayo 2014 0,0%
- IPC Junio 2014 0,0%
- IPC Julio 2014 -0,9%
- IPC Agosto 2014 0,2%
- IPC Septiembre 2014 0,2%
- IPC Octubre 2014 0,5%
Según algunos expertos, el año 2017 será un punto de inflexión en la economía española, o eso queremos creer. Aunque el paro seguirá con niveles elevados, el porcentaje de deuda respecto al PIB ira disminuyendo progresivamente, la economía española volverá a crecer, y otros datos como la deuda irán reduciéndose, o al menos no aumentarán.
Conclusión: variaciones de precios no muy acusadas, con subidas en general, pero casi imperceptibles, con estabilidad en muchos precios. En general, esta «inflación contenida» es buena para las familias, ya que al haber perdido poder adquisitivo, ven en la estabilidad de precios bajos una buena idea. Aunque lo cierto es que esto no se puede prolongar durante mucho más, ya que desde otros puntos de vista no es tan bueno. Por ejemplo para las empresas, que reducen precios por la bajada demanda, algo que puede «animar» a los consumidores a gastar menos y esperar a nuevas bajadas. Es decir, una espiral que no se acaba.
