Precios de los alimentos: cómo controlar la cesta de la compra

La diferencia de otros precios, en el caso de los alimentos, la subida de las materias primas o de los alimentos en origen, no repercute de manera directa en la cesta de la compra. Sin embargo, esta repercusión, más lenta, también es más sostenida y no se acompasa con las revisiones del IPC de manera exacta.

alimentos

Esto lo que genera es que, en muchas ocasiones, tengamos la sensación de que la cesta de la compra ha variado mucho en un par de meses en cuanto a precio. Sobre todo, para las personas que llevan un buen control de su economía doméstica, esto es más perceptible.

Vamos a repasar algunas ideas generales sobre el control en la cesta de la compra para, precisamente, minimizar este impacto.

Ideas para racionalizar el gasto en la cesta de la compra

La primera idea para racionalizar el gasto la cesta de la compra es simple: ten un presupuesto.

Un presupuesto es una herramienta fundamental. Hasta su diseño invirtiendo todo el tiempo que necesites, controla bien los gastos que puedes asumir, y hace un cálculo de gasto semanal. Ese será el gasto que debas atenerte. Atenerte un presupuesto, con una variación máxima por arriba o por abajo del 10%, es un gran consejo tanto para optimizar la cesta de la compra, como para sanear tu economía personal.

Haz una planificación de lo que necesitas, tanto de menús como de productos de hogar, limpieza, etc. El coste de la compra por exceso puede llegar a suponer, al final de mes, más de un 30% de lo que se debería haber gastado. Se considera coste por exceso a aquellos productos que adquirimos de manera innecesaria. Esto ocurre fundamentalmente cuando no tenemos una planificación de la compra. Si hemos planificado nuestros menús, y tenemos una imagen clara de lo que vamos a necesitar en nuestra vivienda en cuanto a productos de limpieza, higiene, etc., será mucho más sencillo realizar esta planificación. No significa que debamos privarnos de algún capricho, pero, podemos incluso calcular el dinero que queremos destinar a los caprichos. Una compra cerrada siempre optimiza más que una compra no planificada.

Otro elemento fundamental es aprovechar bien las ofertas. Las ofertas no son casualidad, pero tampoco todas son realmente buenas. Por ejemplo, las ofertas de 2 × 1, necesariamente no son una buena idea, si por ejemplo el consumo de este producto es escaso, o no solemos adquirirlo y lo adquirimos sólo por la oferta. Sin embargo, las ofertas basadas en productos del tiempo, marcas blancas, promociones puntuales sobre productos de primera necesidad, etc. son una buena idea para ajustar la cesta de la compra.

Por último, donde menos debes apretar tu presupuesto es en el producto fresco. El producto fresco es un elemento clave para la alimentación, y por tanto debe estar presente en nuestra cesta de la compra. Tenemos muchos espacios para ajustar la cesta de la compra, pero el producto fresco siempre debe ser valorado como un elemento en el que, aunque podemos obviamente controlar el precio, no deberíamos escatimar tanto.

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