La inflación sube en China ¿y en el resto del mundo?

La economía china es sin duda una de las más particulares de todo el mundo por la forma en la que estructuran sus  indicadores macroeconómicos y por el férreo control del Estado sobre cualquier negocio productivo. Sin embargo, estas particularidades no hacen que sea inmune a los elementos que mueven el resto de economías del mundo y la inflación es una de ellas.

Como suele ocurrir en todas las economías expansivas, la inflación en China no deja de crecer, ya que para empezar el consumo no ha decrecido notablemente y por lo tanto no ha habido necesidad de hacer un ajuste en los precios. Tanto es así que la inflación minorista en China registró su máximo en 16 meses con un IPC que en febrero alcanzó el 2,7% interanual y una subida de 1,2 puntos porcentuales, además de superar las previsiones de los expertos, situadas en el 2,3%.

Es decir, China ofrece los primeros síntomas de hiperinflación, el mayor riesgo para su economía según los analistas, que ahora apuestan por una posible subida de tipos de interés y ajustes monetarios para calmar este incremento inflacionario.

El resto del mundo mira a China con respecto, ya que buena parte de su futuro depende del devenir del gigante asiático. Sin embargo, las gandes potencias económicas, especialmente Estados Unidos, Alemania, Francia y la Unión Europea en su conjunto, son conscientes de que la de China no es su guerra. Es decir, ellos no tienen que preocuparse por el IPC, por lo menos por ahora. Su principal inquietud es el crecimiento económico y, más concretamente en reavivar el consumo. La inflación es por el momento algo secundario.

Las previsiones económicas apoyan este comportamiento, ya que no se se espera que la inflación se dispare en Estados Unidos, y eso que la lógica económica nos dice que según se vayan retirando las medidas anticrisis el IPC debería subir -y en teoría bastante-. Algo similar ocurre en Europa y por su puesto en España. Sin embargo, el IPC español podría recoger algunas particularidades de nuestra economía, empezando por una recuperación mucho más lenta.

Pese a que las medidas tomadas por el Ejecutivo, especialmente la subida de IVA, debería repercutir positivamente en el IPC 2010, lo cierto es que las perspectivas plantean un escenario de crecimiento muy moderado. Algunos incluso siguen sin perder de vista el fantasma de la deflación debido a la brutal caída del consumo.

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