Como sabemos, la picaresca española no tiene límites. Las compras de segunda mano, la letra pequeña de los contratos, las lagunas legales, la devolución de artículos,etc. Son muchas las situaciones que relacionamos con este tipo de acciones, que no se consideran del todo fraudulentas, pero que pueden tener un origen dudoso. Es el caso de la ayuda del plan PIVE.
El pasado 26 de junio, entró en vigor el Plan PIVE 6. Para esta ayuda se han destinado 176 millones de euros, que se descontarán del precio de compra de un coche, a cambio de ofrecer uno antiguo. Este dinero supondrá la renovación de casi 175.000 vehículos, hasta que se agote el dinero o hasta final de año. Este cambio supondrá además un ahorro de combustible de casi 126 millones de euros. Las ayudas están estipuladas en dos grupos:
- 2.000 euros por turismo (1.000 euros aportados por el Estado y 1.000 euros por las marcas o puntos de venta)
- 3.000 euros (1.500 de la marca y 1.500 del Gobierno) en el caso de familias numerosas que compren un vehículo con más de cinco plazas y para personas discapacitadas que necesiten modelo adaptado
Como podemos ver, este ahorro es bastante elevado, y hace algún tiempo, tanto los clientes como los propios concesionarios y desguaces se han dado cuenta de un «pequeño negocio» que puede salir de esta situación. Coches con más de 7 años de antigüedad, con 200.000 kilómetros (o más) o simplemente con mal funcionamiento, pueden costar un desembolso mínimo de unos 400 euros. Por supuesto también depende de la marca del coche.
Algunos concesionarios, talleres y comercios relacionados, ofrecen a los clientes la posibilidad de comprar un coche por menos dinero del que le dan con el plan Pive, y así todos ganan. En realidad, lo único que se hace son los trámites y papeleos, que otorgarán al cliente la propiedad de dicho vehículo.
No es necesario ser el dueño del coche un tiempo determinado, simplemente ser el titular y que ese coche se mande a desguace para recibir la ayuda. Los concesionarios ofrecen la posibilidad de realizar todos los trámites al cliente. Gracias a este «intercambio», los concesionarios y desguaces, se benefician con la venta de coches antiguos, y por supuesto, se beneficia el cliente.
